domingo, mayo 30

UN CUENTO

Quiero contaros un cuento que leí hace mucho tiempo, se llama "La princesa y el enano". Espero que os guste, porque aunque es poco triste da mucho que pensar.

Había una vez una princesa que vivía en un castillo muy grande. El día que cumplía trece años su padre, el rey, organizó una gran fiesta en los jardines de palacio en la que no faltaba de nada; payasos, bufones, comerciantes con sus joyas, pasteleros y los mejores amigos de su hija.
La princesa bajó al patio y descubrió todas aquellas maravillas, pero acostumbrada a ellas durante tanto tiempo no conseguía pasarsélo bien y a medida que pasaba la tarde, la princesa estaba más y más triste y más y más aburrida.
De pronto, encontró en los setos de su jardín un enano que daba brincos, saltaba, reía y cantaba con una voz muy armoniosa.
- Bravo, bravo -decía la princesa aplaudiendo sin dejar de reir.
El enano contagiado de su alegría saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido.
- Sigue saltando, por favor -dijo la princesa, pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se marchó a sus aposentos.
Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí" pensaba el enano. "Yo la cuidaré y le haré reír siempre". El enano recorrió el palacio buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que el monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.
- Ahhh estás aquí, qué bien, baila otra vez para mí, por favor. Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El medico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso.
- Ya no bailará más para vos, princesa.
- ¿Por qué?- preguntó la princesa.
- Porque se le ha roto el corazón. Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón.

miércoles, mayo 26

MIRONA EMPEDERNIDA


Me considero una chica observadora, pues cuando uno observa creo que empieza a vivir.Eres consciente, aprendes a entender y a entenderse. Implica verse a sí mismo con los ojos propios.
Quien sabe observar es libre. Quien sabe observar no se siente casi nunca solo. Quien sabe observar puede disfrutar de las miradas de la gente, del tono de sus voces, de la risa o el llanto de un crio, de las diferencias que nos separan y nos hacen únicos. Muchas veces he escuchado:"esa persona es tan rara".¿Qué es ser raro?. ¿Raro por ser diferente, por pensar y actuar de forma distinta?. No se dan cuenta que eso es lo bonito de todo lo que nos rodea. Por eso digo que quien sabe observar se da cuenta de todo lo que pasa a su alrededor.
Pienso en las situaciones a las que nos hemos ido acostumbrando diariamente, que ya vemos de lo más normal. Nos movemos entre dos orillas pero siempre clasificando. Lo bueno o lo malo, lo bonito o lo feo, la luz o la sombra, lo positivo y lo negativo, el premio o el castigo, el día o la noche, el sonido o el silencio...Entender que ambas cosas son importantes y que son necesarias para que exista un equilibrio nos cuesta muchísimo.
Me gusta expresar lo que siento. Me llena.

martes, mayo 25

LO DE MÁS.

Ha sido precioso encender la radio cuando me iba a dormir y escuchar una canción que hacia mucho tiempo que no oía. Lo cierto es que la tenía un poco olvidada, no porque ya no me guste, sino por dejadez, quizás pereza. Su letra, desde la primera vez que la oí me hizo pensar, me conmovió su forma de hablar del amor pues para mí todo queda nombrado en sus líneas. Algunos de vosotros seguramente la conozcáis, otros sin embargo, no la habrán escuchado nunca... Su autor es un ser inteligente, o eso dicen, para mí es un poeta.

Lo de menos son todos los secretos
que intuyo, huelo, toco y siempre te respeto.
Lo de menos es que jamás me sobres,
que tu amor me enriquezca haciéndome más pobre.
Lo de menos es que tus sentimientos
no marchen en horario con mi renacimiento.
Lo de menos es larga soledad,
lo de menos es cuánto corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.

Amoroso, de forma que no mancha,
en verso y melodía recurro a la revancha.
Mi despecho te besará la vida
allá donde más sola o donde más querida.
Dondequiera que saltes o que gires
habrá un segundo mío para que lo suspires.
Es la prenda de larga soledad,
es la prenda de cuánto corazón.

Lo que menos importa es mi razón,
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.

Pajarillo, delfín de mis dos rosas,
espántame los golpes y no la mariposa.
Ejercita tu danza en mi cintura,
aroma incomparable, oh pan de mi locura.
Con tu cuerpo vestido de mis manos
haré una nueva infancia, al borde del océano.
Desde el mar te lo cuento en soledad,
desde el mar te lo lanza un corazón.

Lo que menos importa es mi razón
lo de menos incluso es tu jamás,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de más.

lunes, mayo 24

VIAJANTES A LA FUERZA.

Muchas veces me pregunto: ¿Qué idioma tiene el hambre de la gente?, ¿Cuál es la bandera que te permite vivir dignamente?, ¿De qué color es la piel del "corazón" que sufre?. Son inmigrantes por culpa de un mundo que no se para a pensar ni un instante. Llegan a lugares con muchas ilusiones y tristezas, se mueven casi asfixiados y deshacen maletas porque es un destierro constante. Pasan hambre y creo que a veces se tienen que coser la boca para no morder y arrebatar el pan, quizás el más duro o el ajeno.
Quiero dejar florecer en mi garganta un grito de esperanza. Quiero protestar. Quiero libertades e igualdades.

sábado, mayo 15

EL EMPEZAR


Hoy es uno de esos días, pese a ser Sábado, en los que te levantas de la cama con una sonrisa en la boca, mirando al techo con felicidad y golpeando el colchón con las piernas, en un gesto de alegría. No es un día especial porque tenga que ocurrir algo en concreto, sólo que te sientes bien y contenta.
Anoche fui al teatro Lope de Vega a ver "Historia de una Escalera" de Buero Vallejo, hacía mucho tiempo que no iba a una representación, por lo que disfruté del silencio, de las voces de los actores y de muchos más pequeños detalles. Fui con una persona muy importante para mí y a la que quiero. Es curioso, como después de riñas y mosqueos tontos llega la reconciliación y la tranquilidad, la certeza de que por mucho que se discuta, se piense de diferente forma o seamos tan distintos, siempre estaremos dispuestos a perdonar, a pasar por alto pequeñeces y dar importancia a los sentimientos que si lo merecen. Me haces sentir especial y me alegro que tú sientas lo mismo. Te quiero.