Quiero nadar sus azules, dejar que el tiempo pase sin darme cuenta. Sumergirme y no escuchar nada, ni siquiera las olas. Sentir el olor de su brisa rozando mis hombros. Acariciar la arena con los pies e intentar separar cada granito con los dedos. Mirar al cielo y solo ver el sol. Ver como los niños pequeños, a los que envidio de forma sana, juegan con palas y cubos, recordándome a las horas que yo me pasaba allí sentadita intentando levantar un castillo casi en el aire.
Andar serenamente por la orilla viendo como se mezcla lentamente el agua con la suave arena húmeda, fijándome en cada huella siempre comparando unas con otras, algunas muy mayores en tamaño y otras no tanto. Arrastrar los pies al caminar dejando surcos con los talones. Notar las cosquillas en los tobillos al agitarse el agua en la orilla.
¿Sabéis que es lo más curioso de todo esto?, que por mucha que sea la gente que este a tu alrededor sientes que te puedes perder, que pocos son los que te observan porque cada persona la disfruta a su forma.
Hay quien dice que lo maravilloso es poder contemplar la inmensidad, para mi lo más extraordinario es disfrutar de los pequeños detalles y como dice cierto escritor, "intentar ser roca en la orilla".
2 comentarios:
Ni?a has conseguido describir perfectamente lo que muchos sentimos cuando pisamos la playa en el atardecer de un día cualquiera.Un beso grande
Hola guapetona, vaya que bonito lo de la playa. Cada vez que leo tu blog me sorprendo más. Me gusta mucho como expresas las cosas. Lo que aun no me enterao es pq se llama la Gruta de los Nadadores, ?a que te refieres?. Bueno un beso grande y suerte pa los exam. Saludos tb de Sandrita. Rafa
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